Todos hemos visto fotografías del antes y después de los polos, animales en extinción por altas temperaturas, bosques ardiendo, el antes y después del nivel del mar, o incluso la elevada tasa de fallecimientos por olas de calor, cada vez más frecuentes y prolongadas, sería inhumano poner en duda que el calentamiento global es real y trágico, y que solo existen consecuencias negativas para el mismo. En esta entrada nos enfocaremos en mayor medida en un aspecto más concreto del mismo, en interrogantes sobre a qué sector de la población afecta en mayor medida, y cuál es la relación del calentamiento global con la demografía mundial.
Millones de personas sufren los efectos de fenómenos meteorológicos extremos que se ven agravados por el cambio climático, cómo pueden ser las prolongadas sequías de la África subsahariana, o las devastadoras tormentas tropicales que arrasan todo el sureste asiático, el Caribe y el Pacífico.
Temperaturas abrasadoras han causado mortíferas olas de calor en Europa e incendios forestales en Corea del Sur, Argelia y Croacia. Ha habido graves inundaciones en Pakistán, y una prolongada e intensa sequía en Madagascar ha dejado a un millón de personas con un acceso muy limitado a una alimentación adecuada.
Estas son algunas de las muchas causas por las que el calentamiento global se ha convertido en un código rojo en la humanidad y sus derechos.
Aunque es una obviedad que estas tragedias repercuten a todos, debiendo ser atendidas por todos los gobiernos y asociaciones globales existentes, los países y grupos de personas más desfavorecidos sufren las mayores pérdidas. Y no solo se trata del espacio geográfico en el que se sitúan, cómo pueden ser desiertos o zonas desatendidas de servicios cómo la sanidad o refugios sólidos, que también influye, sino de la capacidad económica de los mismos, que no permite tomar las mismas medidas que podrían ser aplicadas en países del primer mundo cómo pueden ser de la Europa desarrollada.
Y es que cómo bien apunta el Banco Central “El cambio climático afecta a los más pobres de los países en desarrollo”, creando como forma de apoyar, facilitar y mejorar la “preparación” ante estos instrumentos, una alianza mundial basada en donaciones con países desarrollados y en desarrollo para prestar asistencia financiera y técnica para la innovación e implementación de programas piloto colectivos de instrumentos de mercado para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero
Los efectos más notorios del calentamiento global se relacionan con la salud y cambios ambientales. No solo surgen enfermedades cómo la malaria o dengue (especialmente en África) por conducir el mismo cambio climático a la prevalencia de estas enfermedades infeccionas, o su difusión más volátil, sino que huracanes y condiciones del calentamiento no previstas destruyen infraestructuras para servicios de salud dónde pueden facilitar el tratamiento a enfermos, y causa impactos psicológicos negativos en las personas, demostrado mediante estudios que su comportamiento cambia y empeora ante las situaciones de riesgo que supone este problema, a parte de los traumas que puede suponer experimentar semejantes desastres naturales.
Por su parte, los cambios ambientales cómo el ascenso continuado de temperaturas, o la escasez de agua derivada de la sequía de lagos y pantanos, además de al planeta en si, afecta a cada uno de los seres vivos (plantas y animales), provocando efectos devastadores en la demografía. La escasez de agua afecta así, al 40% de la población mundial y, según
predicciones de Naciones Unidas y del Banco Mundial, la sequía podría poner a 700 millones de personas en riesgo de desplazarse para 2030. Y en 2017, sequías severas contribuyeron a la peor crisis humanitaria desde la II GM, cuando 20 millones de personas en África y Medio Oriente se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a la escasez de alimentos y a los conflictos.
A medida que pasa el tiempo, el calentamiento global solo empeora, y aunque cómo ya hemos visto afecta en mayor medida a los segmentos más desfavorecidos de la sociedad, es un problema de todos. A pesar de la dura labor de asociaciones en contra del cambio climático, las cifras sobre desastres naturales, y temperaturas solo incrementa, y esto se debe en mayor medida a la falta de medidas adoptadas por empresas tecnológicas que dejan desechos en el ambiente, fabricas que desprenden gases contaminantes, o sobreexplotación de recursos para la producción más económica y accesible de bienes.
La justificación del primer mundo sobre la realización de tales acciones se relaciona principalmente con el progreso económico del país, y la competencia entre potencias por posicionarse cómo mejor país al menor precio, pero ¿es posible frenar el cambio climático e impulsar la economía al mismo tiempo?
Y es que, en contra de todo pronóstico, cada vez más estudios y actuaciones demuestran que las medidas destinadas a combatir el calentamiento global son una oportunidad de oro para garantizar el desarrollo sostenible e impulsar el crecimiento económico.
Con desarrollos urbanos más inteligentes, sistemas de energías limpias habilitados digitalmente, o una gestión inteligente del agua, tanto economía cómo medioambiente se ven beneficiados. Con tales medidas y aportando nuestro granito de arena cómo ciudadanos de este mundo mediante el reciclaje, aprovechamiento del agua o evitar el despilfarro de comida podremos ralentizar, sino frenar el calentamiento global entre todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario