¿Quién es Angus Deaton y por qué escribe "El Gran Escape"?
Angus Deaton, nacido en Edimburgo, Reino Unido; es un reconocido economista centrado tanto en el mundo de la microeconomía como en el de la macroeconomía, dedicando gran parte de su trabajo al estudio de la conducta de tres variables principales: salud, pobreza y desigualdad. Podemos afirmar que gran parte de su tiempo es dedicado al estudio preciso de la comprobación de la simultaneidad entre progreso y reducción de la desigualdad y, con ello, de la pobreza.
¿Qué es "El Gran Escape"?
El libro en sí se dedica durante todo su recorrido a explicar y definir las causas de cómo surgió la desigualdad a la vez que la "raza humana". Expone que, en los tiempos de la Prehistoria donde los pequeños grupos eran principalmente nómadas y recolectores y había abundancia de animales salvajes grandes que diesen de comer a muchos individuos, la desigualdad apenas existía ya que había abastecimiento para todos y, también, porque no existían métodos de conservas de la comida, con lo que si no se terminaba esta terminaría pudriéndose. Una vez los animales grandes fueron desapareciendo, apareció la agricultura y, con ello, el sedentarismo. Esto permitió desarrollar técnicas de almacenamiento de comida y, uniéndose con la escasez de animales, aparecieron los primeros enfrentamientos entre tribus por hacerse con el almacenamiento del contrario.
Así, siempre ha ido incrementándose la desigualdad social en el mundo desde los propios orígenes, y este libro pretende hacernos ver las principales causas que la motivan y trata de ofrecernos varias soluciones desde varios puntos de vista tanto propios (del mismo Deaton) como de otros economistas relevantes para intentar erradicarla desde sus raíces.
El Gran Escape presenta tres partes principales que, a su vez, se dividen en otros subapartados, destacando la segunda parte dedicada al dinero.
Finalmente, concluirá con las principales ideas del autor y el mensaje que nos intenta transmitir para informarnos y tratar de cambiar nuestro punto de vista para que nosotros mismos tengamos un efecto positivo en cuanto a la desigualdad se refiere más eficaz.
Introducción
El comienzo de la lectura está destinado a comentar la propia experiencia familiar de Deaton que pone de manifiesto el gran escape que tuvo que realizar su familia para que las generaciones posteriores pudiesen aspirar a mejores condiciones de vida con respecto a sus padres y abuelos, siendo su padre un humilde minero que, tras mucho sacrificio, consiguió ahorrar fondos para que su hijo pudiese terminar unos estudios y un trabajo mucho más estable y seguro. Finalmente, así fue: Angus consiguió labrarse una carrera y terminar siendo un economista reconocido, por lo que el deseo de sus padres se cumplió.
Un ejemplo que expone y que personalmente me llama mucho la atención es el de el gran escape llevado a cabo por unos prisioneros de un campo de concentración nazi en la película "La gran evasión" donde unos pocos reclusos consiguen la fuga del campo pero pone de manifiesto la cara oscura que oculta los cientos otros que quedaron atrás y fueron ejecutados, con lo que no solo se reconoce el final feliz.
Primera Parte: Vida y Muerte
El autor comienza relacionando la actual situación que sufren los países con mayor pobreza del mundo con la pasada misma situación que sufragaron los actuales países ricos siglos atrás. Aunque esta situación sea poco esperanzadora, se comenta la rapidez con la que los países hoy en día consiguen escapar como mucho mayor a la de los ricos en el pasado.
En este punto comienza a aparecer el término de la esperanza de vida y establece una relación positiva de la misma con el ingreso, es decir, a mayor ingreso, por lo general, se incrementará esta tasa aunque esta conclusión solo la estableceremos con el autor del libro y no la generalizaremos ya que existen excepciones en las que un ingreso bajo convive con altas tasas de esperanza de vida como son los casos de China, Vietnam o Chile.
Cabe recalcar que, sin duda, un mayor ingreso y poder financiero hará que la esperanza de vida se incremente notablemente siempre que la organización de los recursos sea óptima, pero igual de intachable es que un ingreso alto no acarreará inevitablemente una tasa de esta esperanza exponencial. Un ejemplo muy peculiar que comenta el autor trasladándonos hasta la Edad Media es la situación donde aquellos nobles que tenían el control y dinero de la sociedad podían hartarse de buena comida durante toda su vida. El problema comienza cuando estos nobles, al ser ricos y controlar la sociedad, no ejercían prácticamente ningún tipo de actividad física, con lo que cada vez engordaban más y más y aparecían problemas severos de obesidad y cardiovasculares. Esto concluye en una realidad, y es que por mucho dinero y buena dieta que se pueda alguien permitir, siempre debe haber ciertos límites, ya que aunque predominase la falta de comida, el exceso en su menor parte también atentaba (y atenta) contra la salud.
No obstante, debemos tener en cuenta ciertos episodios negros en los que el dinero poco puede hacer (aunque siempre ayuda), como son las pandemias y epidemias sufridas a lo largo de la historia por la humanidad como son las conocidas epidemias de cólera e influenza.
Diferencias entre grupos
La esperanza de vida es un indicador imposible de establecer para todos por igual. Existen grandes diferencias entre diferentes grupos, la más clara: hombres y mujeres. En concreto, esta separación se aparta de las demás diferencias entre grupos porque, aunque un hombre y una mujer estuviesen en completa igualdad de condiciones, la genética juega un papel fundamental y, al menos en la actualidad, en esta situación de igualdad la tasa femenina sería mayor que la masculina.
Hay otros múltiples grupos que se ven diferenciados, otro de los grandes ejemplos son blancos y negros ya que, desafortunadamente, mentiríamos si dijésemos que en todo el mundo blancos y negros están en igualdad de oportunidades y condiciones, aunque hoy en día existan muchos movimientos por esta lucha, sucesos que no aparecían en el pasado.
Desde 1800 hasta 1945
A partir del siglo XIX, la esperanza de vida al nacer se incrementa exponencialmente gracias a la drástica reducción de la mortalidad infantil (durante los cinco primeros años de vida) dado al descubrimiento de nuevos métodos que permitían combatir enfermedades que hoy en día están consideradas como "básicas" por la facilidad que permite neutralizarlas rápidamente, recalcando que esta facilidad sólo se da en países con altos y medios niveles de ingresos y hablando de algunas como son el resfriado y la diarrea.
Fue entonces cuando, a raíz de este incremento de la esperanza de vida, toma auge una teoría expandida y defendida por parte de Mckeown, quién hacía hincapié en que la salud presentaba una gran dependencia del nivel socioeconómico, hablando más bien del nivel socioeconómico individual, ya que en aquellos tiempos los sistemas de seguridad social y sanidad pública no eran ni ideas siquiera.
Aun así, la mortalidad general también era excesivamente elevada, tomando como uno de las principales causas culpables a lo que se denomina como "cadena fecal-oral", que será mencionada en múltiples ocasiones por Deaton. Para entender qué significa esta cadena, la lectura nos muestra un ejemplo muy sencillo: supongamos que vivimos en aquellos tiempos donde el sistema de alcantarillado era inexistente y la población urbana almacenaba los desechos humanos en grandes depósitos que, posteriormente, eran lanzados a un río cercano para deshacerse de ellos. El problema surge cuando esta misma población tiene como suministro de agua el mismo río anterior y, además, el abastecimiento de agua se toma en un punto más bajo del río que donde anteriormente se depositaron los desechos. El resultado es que los mismos desechos vuelven a la comida y vasos de agua de las personas, generando así graves infecciones y enfermedades causantes de la propia muerte tras haber recibido varias dosis de estos alimentos infectados.
Por tanto, analizamos una alta natalidad que tendrá más posibilidades de vivir más años, pero también una elevada mortalidad que contrarresta la alta esperanza de vida infantil, quedando una situación de cierto equilibrio.
Salud en el mundo "moderno"
En el último medio siglo y, principalmente en los últimos años, la salud ha mejorado de forma más que notable en la mayor parte del planeta. Aun cuando hay sociedades en las que la muerte en edades muy tempranas sigue siendo el pan de cada día, estas mismas sociedades están un poco mejor que hace cien años.
Pero la salud no es lo único que ha progresado; por decirlo metafóricamente, las enfermedades también han "avanzado" junto a la humanidad. Esto podemos traducirlo viendo que han surgido decenas de nuevas patologías que anteriormente no conocíamos, y esto tiene una clara razón que, a su vez, tiene su lado claro y su lado oscuro. En el último cuarto de siglo, vemos como despuntan las enfermedades cardiovasculares y, principalmente, el cáncer. Esto se debe a que son "nuevas" enfermedades que suelen aparecer a partir de ciertas edades y que, mientras mayor sea una persona, más riesgo tiene de desarrollar alguna de ellas. Anteriormente, estas enfermedades ni siquiera se experimentaban, ya que si necesitan en su mayoría de edades avanzadas para su desarrollo y la esperanza de vida era mucho inferior a la de hoy en día, podemos decir que no daba tiempo a que una persona sufriese alguna de estas enfermedades antes de que falleciese.
Por tanto, el progreso podemos verlo en todo su esplendor, ya que podemos ver como malo que surgen nuevas enfermedades y, como bueno, que ello es derivado de vivir mucho más años.
Deaton se interesa bastante por el tema del tabaquismo. Pone de manifiesto que, aunque hoy en día el riesgo de sufrir con infarto o cáncer de pulmón debido a los daños del tabaco es menor que anteriormente dado que se conocen sus efectos y a las grandes campañas de muchas organizaciones (tanto públicas como privadas), una gran parte de la población sigue haciéndolo aun a sabiendas de su peligro.
Otro de los factores de importancia dentro del tabaquismo es la diferencia entre hombres y mujeres. Antes, las mujeres tenían prohibido fumar y, aun cuando dejó de ser una prohibición, estaba muy mal visto que lo hiciesen. Por ello, los riesgos del tabaco hoy en día sigue afectando mucho más a la población masculina que a la femenina pero, aun así, muchas mujeres fuman y se exponen a sus riesgos, ya que conocemos científicamente los daños mayores del tabaquismo en las mujeres.
Por otra parte, el autor comenta la importancia de los sistemas de seguridad social determinantes en la salud de la población de un país hoy en día. Aquellos países que han conseguido fortificar sus sistemas de sanidad pública actualmente tienen una gran ventaja con respecto a aquellos que no lo poseen y, aquellos que no gozan de un buen sistema, generalmente se debe a su sometimiento ante algún sistema autoritario o dictatorial. El ejemplo más claro lo encontramos en África. Allí, la mayoría de sistemas de gobierno están controlador por mafias y milicias que gestionan todo el capital que llega a manos gubernamentales para su propio beneficio o, directamente, el propio sistema se autodenomina como dictatorial quedando la población y su salud a riendas de lo que el dictador guste. Más adelante entraremos en el tema de las ayudas y su eficacia en este tipo de regímenes.
A pesar de todo ello, la globalización cada vez está más presente en el entorno mundial y permite que los conocimientos de todo tipo, como es el sanitario, sea compartido entre aquellos que poseen los medios y aquellos que los necesitan. Si no fuese por la globalización, los anteriores regímenes que hemos mencionado harían que la vida en estos países dirigidos por una dictadura fuese mucho más dura y sometida de lo que es, por mucho que en la actualidad se encuentren en malas situaciones.
Segunda Parte: Dinero
Primeramente, Deaton afirma que, antiguamente, la desigualdad se daba entre las clases ricas y las pobres, pero la desigualdad en sí también ha cambiado y ahora se da con respecto unos países de otros.
Critica reiteradamente las pésimas medidas vigentes para medir la desigualdad, argumentando su inexactitud y su alejamiento de la realidad. Una de las medidas que critica es la medida de la pobreza según el PIB, aclarando que hay muchos países por encima de la línea establecida que realmente son más pobres de lo que el PIB indica y viceversa. También critica el establecimiento de la línea de la pobreza como aquellos países en los que las personas subsisten con menos de un dólar diario, ya que los precios de los bienes y servicios son claramente distintos según el país.
El autor defiende la educación como una de las fuertes soluciones para contrarrestar la pobreza de un país, ya que la globalización requiere de personas cada vez más formadas para adaptarse y manejar las nuevas tecnologías e innovaciones, por lo que aquel país que no sea capaz de educar a estos futuros ingenieros, informáticos, médicos, étc, no será capaz de adaptarse al mundo cambiante de hoy en día y se verá sometido a un atraso y pobreza cada vez mayor con respecto de aquellos otros que sí lo consiguen.
La medida socialmente establecida como el medidor de la desigualdad es el índice de Gini, el cual refleja como la situación cada vez se vuelve peor: los ingresos de los pobres cada vez se incrementan más lentamente pero, en cambio, aquellos que pertenecen a los ricos cada vez toman una velocidad de aumento más rápida. Explica que, al estar la sociedad controlada por las decisiones de las clases altas y sus objetivos, las clases bajas tienen imposible el hecho de escalar y alcanzar unas mejores condiciones, ya que los ricos no querrán estar ellos peor para que otros puedan estar mejor.
Como conclusión, podemos afirmar que el progreso siempre va a acarrear desigualdad social, ya que siempre habrá unos que puedan "adquirir los nuevos cambios e innovaciones"y otros que tardarán más en adaptarse. Pero no debemos confundir y tomar el progreso como algo negativo, sino debemos tener en cuenta que lo importante es tener la capacidad para combatir esa desigualdad a tiempo en el momento que se produzca el progreso.
La Globalización y el mayor "Escape"
Comienza este apartado analizando los precios de los bienes y servicios en función del nivel de ingreso de los países. Así, establece que aquellos países que presentan unos ingresos bajos suelen presentar también un coste menor de sus productos en el mercado de bienes y servicios. Por lo tanto, llegamos a la siguiente cuestión: ¿Si en estos países el coste de subsistencia es tan bajo, por qué no llevarlos al mercado de los países que presentan grandes ingresos? Bien, esto no es tan sencillo, ya que está demostrado que mientras más alto sea el ingreso de un país, sus precios serán igual de altos progresivamente, aun siendo exactamente el mismo producto en el país A que en el país B.
No obstante, poco a poco vamos viendo cómo el PIB de todos los países se va igualando poco a poco, aun lejos de llegar a un equilibrio.
Tercera Parte: La Ayuda
Primeramente, el autor explica de antemano que muchos de los países ricos de hoy en día son ricos dado que en el pasado aprovecharon para enviar fondos de inversión a países "menos ricos" (solían ser colonias) para así crecer, en cierto modo a costa de estos últimos.
Hoy en día esto ha cambiado pero sigue estando vigente, por ejemplo en la situación en la que una persona emigra a otro país en busca de mejores oportunidades laborales y, tras años de trabajo y recaudación de ahorro, vuelve a su país de origen con fondos ahorrados para su familia.
Poniéndonos en esta situación, podríamos opinar que esta desigualdad y pobreza podría ser erradicada si todos los países aportan cada cierto tiempo una pequeña parte de su PIB para la búsqueda de esta igualdad. Veremos que esto es prácticamente imposible debido a la siguiente realidad:
-La indiferencia de aquellos que no sufren esta desigualdad y, por tanto, no son conscientes de las causas que motivan la pobreza y, con ello, las formas óptimas de solucionarlo.
-La ayuda ineficiente motivado por la anterior causa: al no conocer la situación, nuestra respuesta puede no ser correcta, llegando a ser incluso dañina.
La realidad de hoy en día es que mucho capital es destinado a las ayudas para aquellos menos "afortunados", pero esta ayuda es bastante ineficiente dado que los países emisores de capital se preocupan más por el volumen de la ayuda que por su organización y eficacia, llegando en muchas ocasiones a ser dañinas al desembocar el capital a manos de gobiernos corruptos o dictatoriales y, por consecuente, a mafias y milicias.
Importancia de la Ayuda Sanitaria
Anteriormente nos hemos centrado en la ayuda económica, dejando de lado una de las ayudas más importantes y que más vidas salva en el mundo: la ayuda sanitaria. El autor valora muy positivamente (al igual que yo en cuanto a mi opinión personal) esta ayuda dedicada a la salud, ya que es la misma que proporciona tratamientos que fácilmente combaten enfermedades por las que miles de personas mueren todos los días en el mundo y que, sin dedicación de aquellos que proporcionan los tratamientos, la supervivencia en cuanto a enfermedades "básicas" en el mundo rico (como mencionamos en un apartado de la primera parte) sería muy compleja en el tercer mundo. Gracias a ella enfermedades como la diarrea son neutralizadas en miles de niños que, si no fuesen por ella, su vida de balancearía en el hilo.
Podemos otorgar este mérito a varias entidades, tanto públicas como privadas. Deaton felicita a entidades como UNICEF sin ánimo de lucro que hacen estas labores, con lo que me lleva a pensar que las ayudas por parte privada son más efectivas y organizadas.
¿Qué podemos hacer nosotros?
La principal propuesta de ayuda por nuestra parte viene a ser sencilla pero a la misma vez compleja: informarnos. El autor defiende la importancia de la información antes de otorgar ayuda para evitar que esta empeore aun más la situación de quien queremos ayudar, por mucha buena voluntad que podamos tener al hacerlo. Es cierto que hoy en día sufrimos de sobreinformación y que enterarse de cómo funcionan realmente los sistemas es una tarea de lo más compleja, pero debemos hacerlo si queremos que nuestra fe se convierta en actos efectivos. Volvemos a donde nos encontramos en el punto anterior: si no nos informamos bien, nuestro dinero o donaciones podrían acabar en manos corruptas y mafiosas, haciendo más difícil la vida de aquellos a los que "ayudamos".
Deaton nos muestra dos posibles proyectos para llevar a cabo en cuanto a las ayudas y la garantía de que estas lleguen a buen puerto:
-La primera sería una selección, es decir, los países donantes de la ayuda deberán recibir propuestas de proyectos por parte de los receptores, mostrando la organización que se llevará a cabo e indicios de garantía de que el capital realmente servirá.
-La segunda opción sería establecer una serie de requisitos a los países receptores para poder recibir esta ayuda, por ejemplo no superar una determinada tasa de empleo o poseer un sistema de sanidad pública.
Por último, el autor reflexiona acerca de una posible ayuda no financiera para que así estos países puedan construir su riqueza "por ellos mismos". Esto consistiría en proporcionar asesoramiento en distintos campos para que, igual que algunos ejemplos como son India y China, estos países puedan prosperar por ellos mismos y generen riqueza de forma autónoma, sin depender de otras potencias.
Conclusiones
Podemos extraer tres principales conclusiones acerca de las distintas partes del libro y de las opiniones de Deaton.
-La primera conclusión nos indica que el progreso, en cualquiera de sus formas, siempre va a implicar desigualdad entre grupos e individuos. Pero el problema no es este progreso que acarrea desigualdad, sino el no poseer la capacidad suficiente de sufragar esta desigualdad y aportar los avances a todos.
-La segunda es referida a las ayudas de los países hacia otros que no corren su misma suerte. Como hemos mencionado antes, las instituciones y gobiernos de los países donantes se preocupan más por el volumen del capital que por su eficacia, por lo que concluimos en que no por más dinero la situación mejorará de mayor forma; sino que es más importante una buena organización de la misma ayuda, aunque esta sea menor.
-Como última conclusión nos fijamos en los ejemplos de India y China, las cuales ante el temor de que sus economías se hundiesen totalmente en la minera se "pusieron las pilas" y consiguieron remolcar y formar mejor a su población y generar su propia riqueza. Por tanto, concluimos en que los países, al ver sus economías y poblaciones al borde de la miseria, hacen lo necesario porque esto no ocurra y salir a flote, por muy complejo que sea.
Presentación PowerPoint-El Gran Escape